Blog - ArchivosEntradas desde 02/2024
Pictogramas y estado de ánimo.
- por
cronywell
Pictogramas y estado de ánimo.
Los pictogramas, iconos y representaciones gráficas entendidas como figuras o símbolos que comunican un concepto o una idea siempre han tenido un papel fundamental en la comunicación humana, como una forma de transmitir un mensaje de forma directa, accesible para todo el mundo y llamativa, por tanto, fácil de recordar o, visto desde el ángulo opuesto, menos proclive a ser olvidada. Ahora, en la era de las redes sociales y el consumo de información a golpe de vista y/o de clic, viven una nueva edad dorada como vehículo para transmitir información o, simplemente, provocar una reacción, de forma atractiva e inmediata. De ahí que sean objeto de estudio por parte de investigadores de la comunicación y marketing.
Pero su potencial es mucho mayor, o eso se desprende de un reciente estudio efectuado por investigadores del Instituto Politécnico Rensselaer, que han descubierto una nueva capacidad o beneficio adicional de los pictogramas: pueden inducir al optimismo. En concreto, en determinadas circunstancias y como vehículo de según qué mensajes, pueden influir en nuestro estado de ánimo promoviendo una mayor sensación de optimismo y confianza, o de pesimismo y negatividad.
¿Cómo? Lo que han constatado los autores de la investigación es que, en el caso de los denominados como pictogramas de frecuencia, aquellos empleados para representar de forma visual un porcentaje o probabilidad, la presencia de varios iconos o imágenes iguales y agrupadas producen en el receptor del mensaje una sensación favorable, de optimismo y confianza respecto a sus propias posibilidades. Al contrario, emplear figuras aisladas infunde una sensación de pesimismo, desconfianza y negatividad.

Un ejemplo muy potente que permite acabar de entender el potencial de esta conclusión remite a la forma de presentar el tanto por ciento de posibilidades de superar una enfermedad Así, si hablamos de los efectos en la salud del consumo de tabaco, si el mensaje es, por ejemplo, “el 80% de los pacientes superan la enfermedad”, y se plasma representando un grupo de 8 figuras, se logra infundir optimismo y confianza en el tratamiento. Por el contrario, si el mensaje es “1 de cada 5 fumadores fallece”, y se plasma con una figura aislada, transmite una sensación de pesimismo y negatividad hacia el consumo de tabaco (aun cuando el porcentaje consignado es el mismo en ambos casos: el 80% sobrevive).
Esto ha llevado a los investigadores a concluir que “el empleo de pictogramas agrupados o aislados puede ser usado estratégicamente dependiendo de si el mensaje que se quiere transmitir es favorable o negativo; promocional o prohibitivo”. Al mismo tiempo, se apuntan futuras áreas de investigación en este ámbito: por ejemplo, si la mera repetición, la presencia de iconos o imágenes agrupadas, genera una sensación de optimismo y confianza independientemente del concepto que plasman estos iconos; si el efecto es más potente cuando todos los iconos son iguales o diferentes, etc.
EL EFECTO BATA
En este sentido, un planteamiento de lo más sugerente es explorar si esta repetición de pictogramas está tras el éxito de las camisas hawaianas (o los jerséis navideños, por ejemplo); prendas respecto a las cuales existe un consenso casi unánime sobre su horterismo inherente; a pesar de lo cual, verano sí, verano también, son un éxito de ventas: ¿existe un efecto paralelo al conocido como Efecto bata que lo explique?

El Efecto bata (o, en términos más académicos enclothed cognition) se refiere a cómo la ropa que vestimos puede llegar a modificar y mejorar, afinar, optimizar, orientar, o como quiera expresarse nuestra capacidad cognitiva. Este efecto fue documentado por vez primera a raíz de un estudio efectuado en 2012 por investigadores de la Northwestern University. En él, los responsables efectuaron una serie de experimentos con los que comprobaron que los resultados obtenidos en un test de capacidad de atención y concentración alcanzados por un grupo de voluntarios mejoraba de forma significativa cuando los realizaban vestidos con una bata blanca de médico. Una mejoría que, sin embargo, no experimentaba otro grupo de voluntarios cuando vestía una bata blanca idéntica pero presentada en este caso como “de pintor”. Ni tampoco un tercer grupo de sujetos que efectuó la prueba con la misma bata de médico a la vista. Unos resultados que, según los investigadores, se justifican a través de un doble efecto: la experiencia física de vestir la prenda, en este caso la bata de médico, y el significado simbólico que se le concede. Es decir, los valores, atributos y capacidades que se les suele asignar a quienes la visten habitualmente, en este caso, los médicos.
De vuelta al éxito de las camisas hawaianas, ¿es posible que en virtud de sus abigarrados estampados a base de pictogramas repetidos y agrupados consigan generar una sensación en quien las viste de optimismo, de que nos van a ir bien las cosas y va a ser un gran día?
¿Qué es la positividad tóxica?
- por
cronywell
¿Qué es la positividad tóxica?
Descubra por qué no abordar las emociones negativas puede causar daño psicológico.
Cuando nos sentimos deprimidos, ansiosos, enojados o tristes, un mecanismo común de afrontamiento es enterrar esos sentimientos y emociones y tratar de seguir adelante. También es común escuchar que no es constructivo reflexionar sobre las cosas que nos deprimen y que un cambio de mentalidad o perspectiva puede sacarnos de nuestro letargo fatalista.
Los eslóganes que se pronuncian a menudo, "la felicidad es una forma de pensar" o "sólo buenas vibraciones", a veces pueden ocultar los aspectos más oscuros de la experiencia humana y, a menudo, se los denomina positividad tóxica.
"En general, se entiende que negar o suprimir las emociones es una mala estrategia de regulación emocional. Puede funcionar en algunos casos, pero a largo plazo, es posible que las personas no afronten ni comprendan cómo se sienten", psicólogos que ha estudiado cómo la presión social para ser feliz conduce a un bienestar deficiente: "Esto deja esas respuestas sin abordar o procesar y esto continúa impactando en su bienestar".
¿Es bueno mantenerse siempre positivo?
Es cierto, hasta cierto punto, que aprender a ver el lado positivo de las experiencias negativas puede ayudarnos a desarrollar resiliencia y convertirnos en personas más sabias y completas. Pero el costo de ignorar por qué nos sentimos deprimidos puede terminar causando un daño psicológico duradero. Podemos empezar a culparnos a nosotros mismos por no sentirnos felices, en lugar de pensar en las condiciones externas e internas que nos llevaron a sentirnos deprimidos en un momento determinado.
Investigadores de la psiquis, descubrieron que las personas que experimentan emociones negativas se sienten socialmente desconectadas si creen que quienes los rodean no sólo quieren que sean felices, sino que esperan que también se sientan felices. Sienten que sus emociones no son normales ni socialmente aceptables.
Este tipo de dinámica puede ocurrir a menudo en línea. Naturalmente, queremos saber qué están haciendo nuestros amigos y qué sucede en el mundo que nos rodea. Sin embargo, existe una tendencia entre las personas a resaltar sólo lo positivo de su vida, ya sea una festividad, un aniversario o un nacimiento. Luego formamos una imagen de nosotros mismos que ignora lo mundano o deprimente, lo que envía un mensaje poco realista a nuestros pares sobre cómo son nuestras vidas.
Lidiar con las emociones negativas
Si les decimos a nuestros amigos o familiares que "lo superen", podemos disminuir su experiencia. Al decirle a esa persona que mire su vida desde una perspectiva diferente, descuidamos una necesidad humana básica de sentirnos escuchados.
"Compartir nuestras experiencias negativas con los demás es muy importante: todos las tenemos y cuando sentimos que necesitamos salir de ellas, o que los demás no se sienten cómodos interactuando con este lado de nosotros mismos, tendemos a carecer de autenticidad en nuestras interacciones.

¿Son normales los sentimientos de ansiedad y depresión?
Si no estamos dispuestos de aceptar las emociones negativas como parte de la vida, podemos ver las emociones o sentimientos negativos como una señal de que algo anda mal en nosotros. Pero es normal sentirse deprimido y ansioso a veces, y experimentamos estas emociones por una razón. La ansiedad y la tristeza pueden darnos información sobre el estado de nuestro cuerpo en relación a una situación en la que nos encontramos, y debemos escuchar estas emociones para nuestro bienestar.
Cuando la expectativa es que no es normal sentir estas emociones, los psicólogos creen que podemos patologizar nuestras emociones negativas, lo que nos lleva a pensar que podemos tener formas clínicas y diagnosticables de depresión o ansiedad. Es importante, sin embargo, no trivializar la experiencia de estas emociones. Cuando estas emociones persisten durante más de unos pocos días (o semanas) y cuando comienzan a afectar nuestra capacidad para vivir eficazmente y llevar a cabo lo que tenemos que hacer, entonces se debe recomendar buscar ayuda.
Es posible seguir siendo optimista acerca del mundo, ver la luz al final del túnel cuando sentimos que las cosas se están cerrando a nuestro alrededor. La felicidad está más influenciada por lo cómodos que nos sentimos con nuestras emociones negativas que por lo mucho que disfrutamos experimentando emociones positivas.
¿Qué son las energías renovables?
- por
cronywell
¿Qué son las energías renovables?
Las energías renovables son un tipo de energías derivadas de fuentes naturales que llegan a reponerse más rápido de lo que pueden consumirse. Un ejemplo de estas fuentes es, por ejemplo, la luz solar y el viento; estas fuentes se renuevan continuamente. Las fuentes de energía renovable abundan y las encontramos en cualquier entorno.
Por el contrario, los combustibles fósiles, como el carbón, el petróleo y el gas, constituyen fuentes de energía no renovables que tardan cientos de millones de años en formarse. Los combustibles fósiles producen la energía al quemarse, lo que provoca emisiones dañinas en forma de gases de efecto invernadero, como el dióxido de carbono.
La generación de energías renovables produce muchas menos emisiones que la quema de combustibles fósiles. Una transición de los combustibles fósiles, los cuales representan en la actualidad la mayor parte de las emisiones, a energías renovables resulta fundamental para abordar la crisis producida por el cambio climático.
Hoy en día, las energías renovables son más baratas en la mayoría de los países y generan tres veces más puestos de trabajo que los combustibles fósiles.
A continuación, se indican algunas fuentes habituales de energías renovables:

ENERGÍA SOLAR
De todas las fuentes de energía, la energía solar es la que más abunda y, además, también puede obtenerse aún con el cielo nublado. La velocidad a la que la Tierra intercepta la energía solar es aproximadamente 10 000 veces superior a la velocidad con la que la humanidad consume la energía.
Las tecnologías solares pueden producir calor, refrigeración, luz natural, electricidad y, también, combustibles para multitud de aplicaciones. Las tecnologías solares convierten la luz solar en energía eléctrica, ya sea mediante paneles fotovoltaicos o a través de espejos que concentran la radiación solar.
Aunque no todos los países se ven igualmente favorecidos por la luz solar, sabemos que en cualquier país sería viable una importante contribución de la energía solar al conjunto de todas sus fuentes de energía.
El coste para la fabricación de los paneles solares ha descendido estrepitosamente durante la última década, haciendo que sean, además de asequibles, a menudo la forma más económica de producir electricidad. Los paneles solares tienen una vida útil de alrededor de 30 años y existen en una gran variedad de tonalidades en función del tipo de material usado durante su fabricación.

ENERGÍA EÓLICA
La energía eólica aprovecha la energía cinética del aire en movimiento gracias al uso de enormes turbinas eólicas ubicadas en superficies terrestres, en alta mar o en aguas dulces (sobre la superficie acuática). La energía eólica se ha usado durante milenios, pero las tecnologías, tanto terrestres como sobre el agua, han evolucionado en las últimas pocas décadas hasta convertirse en una potente forma de producir electricidad gracias a turbinas más altas y a unos rotores que poseen diámetros de mayores proporciones.
Aunque las velocidades eólicas promedio varían marcadamente dependiendo de cada ubicación, el potencial técnico mundial respecto a la energía eólica supera la producción global de energía eléctrica, teniendo en cuenta, además, el potencial en la mayoría de las regiones del planeta para permitir un despliegue importante de esta energía basada en el viento.
En muchas zonas del mundo nos encontramos vientos fuertes con velocidades muy altas; sin embargo, los mejores lugares para generar esta energía se localizan, algunas veces, en los sitios más remotos. La generación de energía eólica en zonas acuáticas supone un destacado potencial.

ENERGÍA GEOTÉRMICA
La energía geotérmica utiliza la energía térmica disponible del interior de la Tierra. El calor se extrae de unos depósitos geotérmicos a través de pozos u otros medios.
Los depósitos con estas temperaturas lo suficientemente elevadas y permeables de forma natural se denominan depósitos hidrotermales, mientras que los depósitos que cuentan con el suficiente calor, pero que utilizan medios de estimulación hidráulica, se llaman sistemas geotérmicos mejorados.
Una vez en la superficie, pueden utilizarse fluidos a varias temperaturas para generar la electricidad. Esta tecnología, que consiste en la generación de electricidad por medio de depósitos geotérmicos, ya resulta madura y fiable, y lleva más de 100 años utilizándose.

ENERGÍA HIDROELÉCTRICA
La energía hidroeléctrica aprovecha la energía que produce el movimiento del agua cuando se eleva o desciende de forma pronunciada. Puede generarse a partir de embalses y ríos. Las plantas hidroeléctricas de los embalses se valen del agua almacenada y estancada, mientras que las plantas hidroeléctricas fluviales utilizan la energía que se produce gracias al flujo de agua en un río.
Los embalses hidroeléctricos suelen tener múltiples aplicaciones, llegando a producir agua potable, agua para regadíos, un control ante inundaciones y sequías, servicios de navegación y también este suministro de energía que indicamos.
La energía hidroeléctrica supone en la actualidad la mayor fuente de energía renovable dentro del sector de la electricidad. Se basa en patrones generalmente estables de pluviosidad y puede verse negativamente afectada por sequías causadas por el cambio climático, o incluso por los cambios en los ecosistemas, que también produce este problema y que llega a afectar en estos patrones de precipitaciones.
La infraestructura necesaria para crear hidroelectricidad también puede provocar cambios en los ecosistemas de formas muy negativas. Por esa razón, hay muchos que defienden esta fuente de energía a pequeña escala como opción más respetuosa con el medioambiente y especialmente adecuada para las comunidades situadas en lugares muy remotos.

ENERGÍA OCEÁNICA
La energía oceánica deriva de las tecnologías que utilizan las energías térmicas del agua marina, las olas o las corrientes de agua, por ejemplo, para producir electricidad o calor.
Los sistemas de energía oceánica se encuentran todavía en una etapa inicial de desarrollo y con una variedad de dispositivos de conversión del oleaje y las corrientes de las mareas en fase experimental. El potencial teórico de la energía oceánica supera cualquier necesidad energética actual en los seres humanos.

BIOENERGÍA
La bioenergía se produce a partir de diversos materiales orgánicos, denominados biomasa, como la madera, el carbón, el estiércol y otros abonos utilizados para la producción de calor y electricidad, y los cultivos agrícolas destinados a biocombustibles líquidos. La mayor parte de la biomasa se utiliza en las zonas rurales para cocinar, aportar iluminación y calor en estancias, y por parte de las poblaciones más desfavorecidas en los países en desarrollo.
Los sistemas modernos de biomasa incorporan árboles o cultivos específicos, residuos provenientes de la agricultura o los entornos forestales, así como flujos de desechos orgánicos.
La energía creada a partir de la quema de biomasa forma emisiones de gases con efecto invernadero, aunque a niveles más bajos que la combustión de los carburantes fósiles, como pueden ser el carbón, el petróleo o el gas. Sin embargo, la bioenergía debe aplicarse únicamente en ciertas situaciones puesto que sus impactos potencialmente negativos para el medioambiente se relacionan con un aumento a gran escala en las plantaciones de bioenergía y bosques, algo que genera una deforestación y un cambio en el uso de las áreas de tierra.




